Cada 16 de junio, la Iglesia Católica recuerda en su santoral a San Juan Francisco Regis, un sacerdote jesuita francés del siglo XVII, conocido por su incansable labor entre los más humildes. Nacido en 1597 en Fontcouverte, dedicó su vida a misionar en zonas rurales de Francia, ayudando a los pobres, educando a los niños y protegiendo a mujeres en riesgo. Su obra dejó una huella profunda en comunidades campesinas, que lo veneraron como un verdadero apóstol de los desposeídos. Murió en 1640 mientras predicaba en la región de Velay. Fue canonizado en 1737 por el Papa Clemente XII.
Además de San Juan Francisco Regis, el santoral del 16 de junio recuerda a:
Santa Lutgarda de Aywières, monja cisterciense belga, considerada una de las precursoras de la devoción al Sagrado Corazón de Jesús. Su vida mística y de recogimiento la convirtió en una de las grandes figuras espirituales de la Edad Media.
San Benón de Meissen, obispo alemán del siglo XI, venerado como patrono de Dresde. Es célebre por haber defendido la fe cristiana en tierras eslavas y por su compromiso con la evangelización.
Santos Ferrucio y Ferruciano, mártires de Besanzón, que entregaron su vida en los primeros siglos del cristianismo por no renegar de su fe.